CAAITBA /
Concurso de ideas para el Plan Maestro del Predio de Mar Azul “Reserva”

Villa Gesell, Provincia de Buenos Aires

Autores
Javier Fernández Castro – Rodrigo Fernández Buffa – Matías Tozzini – Fernando Andrés Vera

Colaboradores
Lucas Agustín Galiano- Lucas Granó – Jerónimo Márquez – Paula Pockay

Ubicación
Terrenos Caaitba, Villa Gesell, Provincia de Buenos Aires, Argentina

Año
2019

Paisaje y desarrollo en el nuevo siglo

Las prácticas del ocio vinculadas al litoral marítimo como atractor principal han ido modificándose sustancialmente en la historia reciente. Desde sus remotos orígenes explorando potenciales efectos saludables como ámbito preferencial de las clases acomodadas en su temporada estival americana, quimera de pioneros como el propio Gesell en busca de equilibrios entre asentamiento y naturaleza; turismo de masas del estado de bienestar alimentado por el consumo generalizado; independencia de las juventudes de la tutela familiar y sus modos de vacacionar; nuevas concepciones del paisaje, el virar de los tiempos desde largas estadías unificadas a la fragmentación derivada de nuevos modos de empleo; las compensaciones introducidas con el sistema de feriados distribuidos, o hasta la competencia internacional en sucesivos desequilibrios macroeconómicos, son sólo algunas de las inflexiones experimentadas.

Estas transformaciones dan cuenta de un escenario cuya única constancia es la mutación permanente donde el soporte físico natural y antropizado, que le sirve de escenario, requiere consecuentemente de una nueva capacidad de diversificación y resignificación de su oferta, intentando ir un paso adelante de estas heterogéneas y contradictorias tensiones solapadas y diacrónicas.

Se suma a estos contextos la necesidad de políticas de desarrollo urbano productivo capaces de trascender la estacionalidad y el mono producto, generando prácticas alternativas capaces de suplir, aunque más no sea en parte las externalidades positivas de las diversas formas del turismo.

Un proyecto de fundación y crecimiento urbano para una ciudad balnearia, como el que plantea este concurso, debe partir de asumir estos escenarios cambiantes y requirentes como condición de partida, sumando una profunda conciencia acerca del manejo del recurso natural en tanto origen y sentido de toda operatoria.

Rol del área CAAITBA en la estructura de Gesell

La estructura urbana del municipio puede resumirse como un sistema de “cuentas” con identidades y morfologías diversas: el centro, colonia marina, mar de las pampas, mar azul – las gaviotas, y la reserva. Estas se hayan hilvanadas en “rosario” por una serie de ejes viales (esencialmente la ruta, circunvalación, boulevard, calle 3) y la propia playa como escenario público omnipresente.

A este ordenamiento los terrenos del CAAITBA pueden y deben asociarse, manteniendo rasgos de solidaridad con la estructura general en la continuidad del viario estructural principal, pero a su vez introduciendo rasgos relativamente diferenciados que posicionen su oferta como un sector de identidad específica, catalizador de nuevos desarrollos.

Esta estrategia de articulación propone entonces poner en sinergia elementos ya reconocidos, a la vez que plantea nuevas espacialidades que difieran, esto es enriquezcan y complementen, la oferta plural preexistente.

Los paisajes de dunas, el bosque, la centralidad y la playa se conjugarán aquí especialmente asociados caracterizando nuevos modos de habitar atractores y confluyentes.

Geometría y paisaje

La trama del proyecto dispone y organiza esta premisa de continuidad y diferenciación. En sentido NS las avenidas principales atraviesan la propuesta con su propia traza orgánica derivada de la topografía y vegetación, mientras en sentido EO un eje central boulevard, entre la circunvalación y la playa, vincula la dirección complementaria.

Esta red principal delimita una serie de áreas generales o macro manzanas, subdivididas a su vez por medio de calles pasantes y pasajes de penetración. Esta trama vial jerarquizada (avenidas, calles, pasajes, pasarelas) conecta las distintas parcelarias que pueden asociarse en diversos órdenes de factibilidad y etapabilidad, permitiendo desde grandes intervenciones unificadas hasta la generación de consorcios menores, según se presenten las condiciones contextuales de gestión.

Un eje urbano – ambiental

La red de servicios se configura espacialmente lindera al boulevard mediante una pérgola infraestructural conduciendo los servicios básicos, a la vez que en su cubierta alterna superficies de umbráculos, transparencias, vegetación, paneles de energía destinados a la atención de áreas y equipamientos públicos, recolección de aguas de lluvia en el mismo sentido, etc. Se introducen así las condiciones básicas de urbanidad, asumiendo su eje principal del que se desprenden ramales secundarios. Un mismo módulo básico estructural se replica adaptándose a las solicitaciones que vayan planteando en sus diversas etapas las áreas atendidas al N y al S.

 La utilización de esta cubierta como generadora, recolectora y transmisora de energías renovables la plantea como una nueva referencia del sector, instruyendo al contagio de los loteos particulares en igual sentido en sus opciones de provisión. el proyecto puede y debe constituirse en un desarrollo equilibrado amigable con el ambiente, modelo a replicar.

Habitar las dunas

Un medio del territorio al sur se presenta como un imponente paisaje desértico, anticipando la reserva. En este entorno particular se decidió la primacía de lotes individuales asociados a la estructura principal mediante vías rematadas en áreas de estacionamiento “cul de sac”. Estos primeros loteos pueden cobrar mayor densidad en la medida que se aproximan el eje infraestructural, proponiéndose entonces tipos colectivos de hasta tres plantas superiores de habitación, hotelería o con mixidad programática.

Los intersticios entre estos barrios loteos de duna, se proponen como reservas del original paisaje yermo con plantaciones xerófilas nativas, alternando pequeños reservorios de recolección pluvial.

 Las distintas trazas, densidades de ocupación, y alineamientos arbóreos de sus calles de penetración, hacen de cada subconjunto un entorno particularizado y distintivo. Así, los mismos tipos asociados en sistemáticas diferenciadas dan homogeneidad y referencia distintiva a la vez.

Habitar el bosque

El bosque en cambio es el espacio de las densidades naturales y arquitecturizadas, de la sombra y la humedad relativas. Aquí las proporciones se invierten y tipos colectivos en placas, claustros cerrados o abiertos se acomodan en intersticios y claros no ocupados por los montes arbóreos.

A nivel peatonal, plantas bajas abiertas y troncos de árboles generan un continuo perceptual de senderos e intercolumnios.

En las plantas altas de los edificios, a la altura de las copas de los árboles, se plantea otra forma de habitación y contacto con el paisaje, proponiendo tipos indefinidos, de plantas despejadas y ventanales continuos capaces de permitir múltiples adaptaciones a programas habitacionales, hoteleros, terciarios y públicos.

Habitar el centro

La pérgola infraestructural permite no sólo una primera espina de distribución de redes sino también la asociación de equipamientos comerciales y espacios públicos, adaptados también a la secuencia y etapabilidad que los desarrollos al N y S vayan requiriendo en el tiempo. Organiza así una red independiente y a la vez solidaria que se extiende a medida que más “enchufes” le son requeridos.

En el centro de la composición el boulevard se ensancha hasta alcanzar la escala de parques y plazas capaces de recibir edificios públicos, generando una referencia extra a escala del conjunto, espacio de conjunción entre la duna y el bosque.

Los diversos cortes transversales que configuran los tipos asociados a ambos lados y la cualidad variable de la cubierta hacen perceptible una secuencia de secciones en promenade que suma atractivos al conjunto.

Habitar la playa

La playa, el espacio en que se focaliza toda la operatoria, queda redefinida con un nuevo frente urbano en un parcelamiento longitudinal delimitado por el par vial costanero.

Entre ambos sentidos de circulación, donde Villa Gesell recuperará la visión del horizonte marino desde el espacio público, se desarrollarán tipos de usos mixturados de hasta cinco plantas por sobre el basamento, aptos para sedes hoteleras, vivienda y oficinas.

Los basamentos ocupan el intradós del par vial, con plantas permeables entre los paisajes y el mar habilitando programas de servicios y equipamiento costero.

La intersección con la pérgola infraestructural se resuelve rematando en una plaza rotonda apta para la implantación de una referencia simbólica de las profesiones que proponen la gestión conjunta.

Desde los basamentos, apertura de la ciudad al mar, se extienden apropiaciones puntuales de la arena y el propio mar, rematando en una piscina pública controlada.

Síntesis

El proyecto propone un sistema de articulación sobre tres paisajes prexistentes -las dunas, el bosque y la playa- mediante la inserción de un cuarto elemento estructurador en la trama vial jerarquizada y un quinto en la serie de tejidos híbridos infiltrados.

La sistematicidad y modulación de los componentes permite a su vez gestiones parciales, totalizadoras, o combinatorias en distintas proporciones de ambas, invitando a la intervención de distintas escalas y etapas de actores públicos y privados, permitiendo así adaptarse a las fluctuantes condiciones del contexto.

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