“Parque Salguero” Distrito Joven
Proyecto
Concurso Nacional de Ideas Buenos Aires y el Río “Parque Salguero”
Distrito Joven CABA

Equipo de Proyecto
Javier Fernández Castro – Rodrigo Fernández Buffa – Lucas Granó – Lucas Gagliano – Omar Suárez Van Kerckhoven – Alejandro Ariel Spada De Conti – Matías Tozzini – Fernando Vera

Superficie de proyecto
32Ha

Ubicación
Conjunto “Costa Salguero – Punta Carrasco”, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina

Año
2020

En 1929 Le Corbusier describía el encuentro de la planicie pampeana, el cielo argentino y el río color de león como una “horizontal insigne”, llamando la atención de propios y extraños, a través de sus ojos de viajero asombrado, sobre la originalidad e identidad de un paisaje porteño.

Las torres de las iglesias que guiaban a los navegantes de la colonia, el fuerte y las lavanderas, la curiosidad de un barco inglés encallado asaltado a caballo, la primer aduana y su muelle que vanamente intentaba alcanzar aguas mas profundas, la alameda del bajo, el primer tren, las improntas superpuestas de dos ingenierías portuarias, el asomar de los primeros barcos_rascacielos racionalistas, los silos contenedores, la construcción de las costaneras y los balnearios públicos, la búsqueda de un perfil urbano internacional en el enclave de Catalinas, el fallido EAC devenido en reserva ecológica, la nueva rambla dibujada por Díaz en las 20 ideas, la emblemática operatoria posmoderna de Puerto Madero, son sólo algunas de las imágenes que en superposición y combinatoria se conjugan en el imaginario constitutivo del difuso límite, en imperceptible pendiente, entre la planicie y su cota de inundación.

La grilla española que supo contenerse en otras costas del continente frente a ensenadas y acantilados precisos tiene desde sus orígenes ante nuestro estuario inundable un nivel de ambigüedad que complejiza, esto es invita a enriquecer, el concepto de borde.

Para Buenos Aires, el borde nunca será una línea, es en cambio un área, asumiendo los términos clásicos de Lynch. Resulta una vana ilusión la división tajante, la separación contundente y menos aún el límite preciso. Nuestro borde es ante todo un territorio de ambigüedad y coexistencia, un espesor de gradientes mutables entre ambiente y antropización.

Aquí el paisaje no es estable, sino cambiante y por lo tanto las arquitecturas y el territorio deben asumir estrategias diversas de articulación, escenarios de conjunción donde lejos de plantearse como opuestos naturaleza y artificio pueden y deben ser complementarios.

El proyecto decide entonces plantearse como un “área de borde”, donde distintos gradientes de intensidad resuelven el solape entre el río de infinito horizonte, el paisaje del humedal y las formas construidas. Se trata de la construcción del barrio del Este, aquel que Buenos Aires no tuvo por definición. Aquel de cuya ausencia escribió Borges.

En vez de plantear una nueva barrera con controlados oclusores, la inserción prefiere un desglose en componentes intersiticiales de aproximación y adaptación, capaces de ser leídos en secuencia o “promenade” desde el Río a la Ciudad o desde la Ciudad al Río. Una estrategia de catáfilas, en analogía botánica, donde las hojas exteriores medias e interiores tiene las mismas células, pero organizadas en tejidos capaces de proteger, alimentar o constituir alternativamente el bulbo núcleo.

De Oeste a Este, un primer intersticio materializa el par vial NS, por medio de un tejido compacto, más “urbano”, en una línea de manzanas posibles de ser particionadas en cuatro, tres, dos o lote único, según los contextos y formas de gestión que se asuman en su etapabilidad y gestión. Las calles intermedias que separan las unidades construidas son a su vez aperturas de perspectivas francas hacia el segundo intersticio.

Esta segunda capa la configura un Parque concebido como un humedal que recrea, conserva y visibiliza las características del ambiente originario. En él, un sistema de trama entre líneas de agua y pasarelas peatonales permiten su apropiación en recorrido, contemplación y áreas de estar controladas separadas en sutil estratificación. Su forma triangular además de asumir el cambio de dirección permite también un recorrido NS de secuencias enriquecedoras.

La tercera componente se basa en un tejido más abierto, al tensionar sus densidades y direcciones entre el parque humedal y el río, con tipos configurados a partir de basamentos garantes de inserción complementados con placas superiores orientadas a las visuales del infinito urbano y el infinito agua.

El cuarto intersticio está definido por una rambla costanera urbana de ancho y recorrido variable. Esta se caracteriza en sus sucesivos cortes por resoluciones diversas en los encuentros entre los edificios y el plano peatonal, en áreas de expansión secas, verdes y húmedas, culminando en una baranda que también asume en su constitución inflexiones, bajadas puntuales y definición de ámbitos de permanencia. En su culminación Norte, configura un espacio foco abierto al río referenciado en relecturas contemporáneas de la Plaza del Comercio de Lisboa o San Marcos de Venecia. Con estas referencias se suman la de las posibles prácticas de encuentros masivos y actos culturales que en ellas se realizan, aquí en un espacio único para Buenos Aires, de reencuentro con su río no sólo como contemplación sino también como área de actividad.

Por último, un quinto elemento lo constituyen el arroyo Ugarteche y la continuación del eje urbano Salguero, permitiendo puntualmente la llegada de la trama al río y su consiguiente perspectiva infinita. La culminación en un muelle para protección de la sudestada permite a su vez avanzar en la percepción del agua al internarse y delimitar una controlada área portuaria. En su remate se define un edificio referente y una potencial estación fluvial del varias veces propuesto sistema de alíscafos entre La Plata y el Delta.

Las morfologías propuestas para la edilicia, de clara normativa y adaptabilidad a formas de gestión nunca del todo previsibles en nuestros contextos siempre cambiantes, permiten a su vez explorar diversas arquitecturas por combinatoria de tipos. Aquí el trazado homogeniza en un mismo conjunto y cada edificación diversifica en su resolución específica, limitadas rigurosamente en altura por el cono de aproximación aérea.

En definitiva, se trata en esta estrategia de superar la aparente contradicción entre desarrollo urbano y sostenimiento del paisaje. La masa construida es aquí la posibilitante y enmarcante de un nuevo parque metropolitano caracterizado por recrear el ambiente originario, a la vez de crear nuevas “postales” porteñas en inédita generación de un espacio de eventos público en disfrute simultáneo y único de aquella “horizontal insigne”.

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